Carta de Luis Alfonso y Casanova a Leopoldo Augusto de Cueto, marqués de Valmar. 9 de junio de 1880. ^[1]

 

 

Puig, 9 junio 1880

Sr. Marqués de Valmar

 

Mi distinguido amigo:

Era mi propósito, y mi deseo, contestar verbalmente a su amabilísima carta del 24 de abril, pero la suerte lo ha dispuesto de otro modo, y cuando me disponía a tomar el camino de Madrid, he tenido que torcer bruscamente el rumbo y que venir a esta aldea, dejando «la corte por el cortijo».

Sentí sobremanera la causa que demoró la respuesta de usted, más confio, como es mi mayor deseo, en que la salud de usted se hallará del todo restablecida, y supongo que, con su familia (cuya amena sociedad tanto echo de menos) se dispondrá usted a trasladarse a su residencia encantadora en Deva.

Yo he dejado Barcelona con gran pesar. Mis hermanas me han deparado ratos agradabilísimos, mediante su cariñoso hospedaje. Este cuadro luminoso de familia fue un día enegrecido por un tristísimo suceso; la muerte repentina de la hija segunda de mi hermano, niña encantadora que era nuestras delicias.

Mientras no recibía yo de Madrid (con escasas excepciones) sino bastantes desengaños más olvido y mucha indiferencia, era en Barcelona objeto de las mayores honras y agasajos que he obtenido jamás —dejando aparte el Congreso literario de Paris—. La juventud literaria catalana, que forma una falange llena de brío, de entusiasmo y de talento, me ha colmado de atenciones. Expediciones campestres, convites, regalos, veladas literarias exclusivamente organizadas en mi obsequio,… no podré nunca pagar cumplidamente la deuda de gratitud contraída con los poetas de Barcelona. En cuanto a los artistas, han aumentado considerablemente mi modesto museo artístico, con dibujos, acuarelas, oleos, barros cocidos etc.

No he holgado durante mi estancia en la ciudad condal. A los trabajos que ya usted conoce, hay que agregar la traducción de un delicioso cuento catalán ( El panaderillo, Época 17 Mayo) ^[2] tres largas correspondencias al mismo periódico, y un artículo en La Ilustración sobre el milenario de la Virgen de Montserrat, ^[3] y, como el trabajo de más mérito y superior, en mi opinión, a todos los que ha llevado a término, un estudio histórico-crítico sobre escultura, que leí en conferencia pública del Ateneo y para el cual tuve presentes las atinadas observaciones de usted acerca del que (también en conferencia de Ateneo) di a conocer en Valencia y que versaba sobre pintura. ^[4] El último lo he enviado a la Revista de España y ocioso es que asegure a usted cuanto le agradeceré que con toda sinceridad emita usted acerca de él su dictamen peritísimo en achaque de estudios de esta naturaleza.

Debo ahora remitir en breve a A. de Carlos ^[5] unos artículos sobre escultores y pintores catalanes, habiéndole ya remitido fotografías de obras escultóricas para que las reproduzca La Ilustración en sus grabados. ^[6]

Si paso el verano en la quinta de mi prima, (no en afable compañía, como suponía usted, más solo) me dedicaré a mi novela El absurdo que tanto me halaga y atemoriza a un tiempo empezar.

Agradezco, y no poco, a las amigas que usted me cita en su carta las muestras de afecto que mereció la mía. Demostraciones de esta índole crecen en valor cuando proceden de las damas y fue siempre la benevolencia condición propia de la hermosura, la distinción y el ingenio.

Supongo que confirmará usted con su parecer el mío tocante a la novelita de Julia Asensi, que he expresado en el prólogo de la misma. ^[7]

Si tiene usted espacio y lugar para dedicarme algunos renglones, lo estimaré muchísimo.

Póngame usted a los pies de su Sra. créame siempre suyo afmo. amigo y admirador

Luis Alfonso [rúbrica].

Prova de Valencia-Puig

P. He leído con verdadero deleite el sabrosísimo juicio crítico de las Memorias de un setentón . ^[8]